Un nuevo estudio publicado en Astronomy & Astrophysics concluyó que Júpiter es tan grande porque se comió a los planetas más pequeños de su entorno.
El equipo utilizó datos gravitacionales recopilados por la sonda Juno de la NASA, para trazar un mapa de la composición química de Júpiter. De esta manera descubrieron que el gigante gaseoso consiguió su tamaño devorando planetesimales.
Estos son la materia desde la que se forman los planetas, aunque Júpiter no les dio la posibilidad de seguir aumentando y los devoró.
«Juno proporcionó datos de gravedad muy precisos que nos ayudaron a restringir la distribución del material en el interior de Júpiter», aseguró a Live Science Yamila Miguel, astrofísica de la Universidad de Leiden, Países Bajos. «Son datos muy singulares que solo podemos obtener con una nave espacial que orbita alrededor del planeta».
Pese a este descubrimiento, aún se conoce poco sobre la formación inicial de Júpiter, aunque existen algunas teorías.
En primer lugar, se cree que el material rocoso inicial para su creación provino de los guijarros, rocas espaciales más pequeñas que el gigante atrapó para sí.
En segundo lugar, aparece la teoría que plantea el estudio sobre los planetesimales que, de no haber quedado atrapados por Júpiter, habrían podido formar otros planetas como la Tierra o Marte.