Matilda y Samuli Eriksson son dos ciudadanos finlandeses que son furor en su país natal tras casarse siendo hermanastros.
Esto causó rechazo absoluto entre el círculo de amistades cercanas de ambos; sin embargo, sus padres y resto de familiares, con el paso del tiempo, lo tomaron con absoluta naturalidad, al punto de concederles la bendición y así poder contraer nupcias.
Matilda conoció a su futuro esposo en el matrimonio entre su madre y ahora padrastro. Desde ese momento, comenzaron a pulir su amistad, pues compartían más espacios juntos debido a la unión de sus papás.
Sus espacios como hermanastros hicieron que ambos sintieran algo más allá de un vínculo familiar. Se enamoraron, pero no tenían la valentía para admitir su latente romance.
La incertidumbre se mantuvo durante tres años, hasta que en el 2021, durante la celebración de los 50 años de la madre de Matilda, ambos por fin admitieron su amor gracias a un beso que Samuli le pidió. "Respondí enseguida con pasión", dijo Matilda.
A partir de ahí, ambos se tardarían en salir, pues aún no estaban del todo seguros. Sin embargo, decidieron, luego de dos semanas, ´dar un salto de fe´ y consolidar la relación.
Pese a que ambos eran felices, no faltaron los comentarios en contra de su amor, pues era inaudito para muchos de sus conocidos que estuvieran juntos por el hecho de ser hermanastros.
Esto hizo que se acercara a su madre para algún consejo, pues sus amigos no estaban de acuerdo que tuviera una relación así. Su mamá, en un tono de sabiduría, simplemente la invitó a "seguir su corazón".
Toda su familia también estuvo a favor de que ambos estuviesen juntos, hasta el punto de motivarlos para que se casaran. "¡Sé lo mucho que algunos de ustedes querrían ver esto! Pero no dejaremos que acaben con nosotros", dijo la ciudadana finlandesa en una publicación de su cuenta de TikTok.
Finalmente, se comprometieron en octubre de 2021, pues la familia de ambas partes estaban totalmente de acuerdo con que su relación se consolidara en el altar.
En agosto de 2022, Matilda y Samuli Eriksson contrajeron nupcias en Helsinki, en una ceremonia al aire libre y bastante modesta, pero, al mismo tiempo, muy significativa para todos allí presentes.