“Realmente, el término contractura tiene que ver con un problema de salud diferente a lo que se piensa: es el acortamiento o rigidez del tejido conectivo, que envuelve todas las partes internas de nuestro cuerpo y que permite que los músculos se muevan con libertad. La contractura, en este sentido, puede tener un origen neurológico, una quemadura e incluso un origen vírico a veces”, nos comenta Raúl Ferrer, vicesecretario del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), Doctor en Investigación del dolor y Profesor Titular en el CSEU La Salle adscrito a la Universidad Autónoma de Madrid.
¿Y conviene reposar?
“Una vez que ya ha aparecido el problema, puede ser aconsejable reposo relativo durante dos o tres días, en caso de que eso nos alivie. No más, ya que el reposo excesivo puede ser contraproducente. De nuevo, conviene consultar a un fisioterapeuta, que valore el tratamiento más indicado en cada caso”, nos dice.
¿Hay personas con más riesgo de padecer este problema de salud?
“Sin duda, hay mayor prevalencia (frecuencia) de dolencias musculares en personas que llevan un modo de vida sedentario. Es el principal factor que aumenta el riesgo. También es algo más frecuente entre las mujeres de entre 30 y 50 años, sin que sepamos la causa concreta, aunque aspectos relacionados con el estilo de vida de esta franja podrían ayudar a su aparición”, detalla.
Pero, eso sí, puntualiza que no hay que alarmar a la población: la inmensa mayoría de estas dolencias musculares mejoran con reposo relativo, algo de movimiento sin que provoque mucho dolor o incluso con algún analgésico o antiinflamatorio suave si fuera preciso, siguiendo las recomendaciones médicas, y desaparece normalmente entre tres o cinco días después de tomar medidas.