¿Cuáles son los principales signos de adicción al ejercicio? La pregunta clave, claro está, es cómo podemos llegar a saber cuándo el exceso de algo bueno, como hacer ejercicio, se convierte en algo malo. Existen una serie de señales, según los expertos de la Clínica, asociadas a nuestros pensamientos, emociones y comportamientos, que nos pueden dar pistas de que hay un problema:
- Pérdida del control. Les resulta complicado controlar su deseo por mantenerse en forma, tanto, que pueden llegar a hacer ejercicio incluso estando lesionados o enfermos. Les cuesta reducir el nivel.
- Episodios de depresión y ansiedad. Está comprobado que el ejercicio aumenta el estado de ánimo y el bienestar mental general, por lo que hay personas que se obsesionan con las horas de ejercicio para superar los sentimientos de tristeza y fatiga. Eso puede ser contraproducente, pues cuando no pueden hacer deporte, a menudo comenzarán a mostrar altos niveles de depresión y ansiedad.
- Baja autoestima. Suelen determinar la autoestima de uno mismo en función de sus logros en el ejercicio y su capacidad para estar en forma.
- Trastorno de la imagen corporal. La adicción al gimnasio hace que las personas creen una versión poco realista de sí mismas y se esfuercen por alcanzar la "perfección", aunque pueda incluso ser perjudicial y poco saludable para ellos hacerlo. Cuando no alcanzan el peso, la fuerza o el objetivo de forma física deseados, la situación se complica, y puede incluso conducir a trastornos alimentarios, a contar constantemente las calorías, a hacer un exceso de ejercicio y a conductas incluso compulsivas.
- Control del tiempo y del horario. El hecho de negarse a faltar a un entrenamiento, independientemente del tiempo, de una lesión o del horario, es uno de los signos más comunes de la adicción al ejercicio. Es posible que se encuentren pasando más tiempo haciendo ejercicio por sesión, más allá de lo que se considera seguro y saludable.