La falta de horas de sueño, así como dormir mal, podría hacerte una persona antisocial, aburrida, y con problemas de salud física y mental.
Según un estudio de la Universidad de California Berkeley, entre menos horas duerme una persona, menos serán sus ganas de interactuar con los demás.
Analizando a 18 adultos jóvenes para obtener un registro de su comportamiento social y sus respuestas neuronales, fue posible determinar a qué grado se deterioran las relaciones humanas luego de un ciclo normal de sueño en comparación con uno alterado.
Durante el estudio se descubrió que las personas con mal comportamiento al dormir, tuvieron un grado de interacción social similar al de las personas diagnosticadas con “ansiedad social”, tendiendo a esquivar casi por completo el contacto con los demás y reservando a toda costa su espacio personal.
A diferencia, aquellos con un ciclo de sueño de entre 7 y 9 horas, mostraron un comportamiento dentro de la norma, aceptando de mejor modo la cercanía con los otros, su convivencia y su deseo de interactuar.
La atracción social y el sano desarrollo dentro del grupo de personas con 4 o 5 horas de sueño también se vio afectado, ya que estas personas, al lucir cansadas, malhumoradas y distantes afectaron su recepción con el resto del grupo, quienes los denominaron “poco atractivos”.
Según Matthew Walker, profesor de psicología y neurociencia de la UC Berkeley, al ser una especie social, los seres humanos requerimos de la interacción con otros para conservar en buen estado nuestra salud, por lo que mantener estas malas costumbres podría causar una alteración en nuestro ánimo y comportamiento de forma irreversible.
"Ese círculo vicioso puede ser un factor importante que contribuye a la crisis de salud pública que es la soledad”, afirmó Walker.
A nivel cerebral, aquellas personas con menos de 7 horas de sueño, presentaron una mayor actividad en la Red de Espacio Cercano, un circuito neuronal encargado de detectar posibles amenazas.
Es decir, mientras que la parte social de nuestro cerebro queda bloqueada por no dormir, el sistema de alerta se pone en marcha casi a la par, alterando nuestro equilibrio mental y desencadenando, a futuro, padecimientos como crisis de ansiedad y sensaciones de paranoia.
Por fortuna, aplicando un buen reinicio y cambiando de hábitos, las personas vistas como antisociales y solitarias pudieron modificar la percepción equivocada que se tenía de ellos, pero expertos aseguran que someternos a una falta de descanso por mucho tiempo podría dejar secuelas irreparables.