Charles Cullen tenía solo 9 años cuando intentó terminar con su vida utilizando diversos químicos. Estaba deprimido: en la escuela le hacían bullying, su madre no lo comprendía y los novios de sus hermanas no dejaban de molestarlo por su apariencia. Se sentía "miserable", según relató años después. Así fue como Charlie se encerró en su habitación e ingirió algunos de los frascos que contenía un juego de química con el que pasaba las tardes. Despertó en un hospital horas más tarde; había sobrevivido.
La tragedia y la mala suerte que persiguieron a Charles Edmond Cullen –nacido el 22 de febrero de 1960 en Nueva Jersey– durante sus primeros años de vida fueron clave en las decisiones que tomó durante su infame carrera criminal.
Por ejemplo, su primer intento de suicidio le dejó en claro lo fácil que podría ser matar mediante el uso de químicos. Mientras que la muerte de su madre en un accidente automovilístico, cuando Charlie tenía 17 años, le enseñó el complejo sistema con el que funcionan los hospitales estadounidenses.
Después de ser acusado de mala praxis, Cullen abandonó Saint Barnabas y consiguió trabajo en el Hospital Warren. Allí tres ancianas murieron después de recibir una sobredosis de digoxina, un medicamento para el corazón que no les había sido prescrito. Una de las víctimas señaló que un enfermero al que no conocía había entrado a su cuarto en la noche y le había inyectado algo. Horas más tarde ya estaba muerta. Ante las sospechas, los responsables del hospital hicieron extenuantes investigaciones e incluso sometieron a sus trabajadores a pruebas de polígrafo. El enfermero logró pasar las pruebas con éxito.
Durante la siguiente década, Charles Cullen continuó asesinando a pacientes de hospitales en la costa este de los Estados Unidos.
¿Qué pasó con Charles Cullen?El ´Ángel de la Muerte´, como se le apodó en los medios, intentó adjudicar sus acciones a los problemas mentales con los que lidió toda su vida, compartió sus recurrentes intentos de suicidio y dijo no recordar el momento en el que había atentado contra las personas a las que tenía que cuidar. Nada de esto sirvió como defensa. El 2 de marzo de 2006, Charles Cullen fue sentenciado a 11 cadenas perpetuas.