Aparte de la cigüeña, la imagen se nos presenta tradicionalmente con una bolsa de tela que cuelga de su pico y un bebé en su interior. Pero, ¿qué hay detrás de esta asociación entre cigüeñas y bebés?
Mitos de difícil origen
Como cualquier otro mito, sus orígenes son difíciles de rastrear, especialmente porque éste se extiende por todo el mundo, y aparece en el folclore de Europa, América, África y Oriente Medio. Estos singulares mitos tienen en común estar inspirados en las características más notables de las aves.
"Las aves son grandes y blancas, vinculadas a la pureza, y sus nidos son grandes, prominentes y están cerca de donde viven las personas. Por lo tanto, su buen comportamiento de crianza es muy evidente", explicó Rachel Warren Chadd, coautora de "Birds: Myth , Lore and Legend".
Lo curioso es que Chadd descubrió que el mito original no describía exactamente a una cigüeña sino a una grulla. Y es que, ciertamente, las cigüeñas, las grullas y las garzas suelen ser confundidas.
En la mitología egipcia, las cigüeñas están asociadas con el nacimiento del mundo. Pero históricamente, esa criatura legendaria era en realidad una garza.
Independientemente de los orígenes del mito, los historiadores tienden a estar de acuerdo en que la idea de la cigüeña que traía el bebé estaba más firmemente establecida en el norte de Europa, particularmente en Alemania y Noruega.
Durante la era pagana, que se remonta al menos a la época medieval hace más de 600 años, era común que las parejas se casaran durante el solsticio de verano anual, porque el verano estaba asociado con la fertilidad.
Al mismo tiempo, las cigüeñas comenzaban su migración anual, volando desde Europa a África. Las aves regresarían la primavera siguiente, exactamente nueve meses después.
Las cigüeñas "migrarían y luego volverían a tener sus polluelos en la primavera casi al mismo tiempo que nacían muchos bebés", aclara Warren Chadd. De esta manera, las cigüeñas se convirtieron en heraldos de una nueva vida, generando la idea fantasiosa de que habían entregado a los bebés humanos.
Hoy día aún nos aferramos al mito de la cigüeña, que celebra un papel central en la vida familiar. A todo el mundo le encantan las historias. "Nuestra tendencia a humanizar a los animales ha hecho de la cigüeña criadora de bebés uno de nuestros mitos más perdurables", concluye Chadd.