Diez episodios son los que cuentan la historia de Jeffrey Dahmer, el caníbal de Milwaukee, que cometió el asesinato y desmembramiento de 17 niños y hombres. La producción de Netflix que se estrenó este miercoles se llama "Dahmer" ("El monstruo; la historia de Jeffrey Dahmer") y tiene como protagonista al actor Evan Peters, quien sorprende a los espectadores por su increíble parecido con el asesino.
A lo largo de la serie se abordan todos los aspectos y las facetas en la vida de Jeffrey. Una historia poco apta para personas sensibles e impresionables, ya que este monstruoso ser, practicó en varias ocasiones el canibalismo.
ArrestoEl 22 de julio de 1991, Jeffrey Dahmer quedó detenido por la policía de Milwaukee, lugar donde nació y cometió sus diecisiete asesinatos, todos hombres. Los agentes locales dieron con él porque una víctima pudo hacer lo que las otras no: escapar.
Cuando "El Carnicero de Milwaukee" notó que no tenía escapatoria y que no podría negar ante la Justicia lo que hizo se decidió a confesar sus crímenes con lujo de detalles. Por eso esta historia puede llegar a ser más repulsiva de lo normal.
Su InfanciaAntes de comer cerebros humanos, el pequeño Dahmer se llevaba bien con sus amigos. Jugaba con sus compañeros como suelen hacerlo los chicos. Cuando tenía seis empezó a notar que en su casa había mucha tensión. Tensión es una sensación importante que Dahmer menciona siempre en sus entrevistas. Sus progenitores se estaban separando y se gritaban constantemente sin llegar nunca a la violencia física.
Cuando no estaba en el colegio, el pequeño Dahmer cazaba animales de zonas linderas, les abría los vientres y les sacaba los huesos.
La historia más espeluznante de esta etapa de su vida tiene que ver con el día que encontró un perro grande postrado en una ruta y se lo llevó con la idea de separar sus huesos de la carne, reconstruir el esqueleto y venderlo.
El protagonista de la historia encontraba en la disección de animales un placer “difícil de describir” relacionado al sentido del control.
De adolescente empezó a darse cuenta de que era homosexual. También comenzó a tener pensamientos obsesivos de violencia entremezclados con sexo. No sabía cómo contárselo a alguien y eso no contribuyó con lo que vendría después.
La historia empieza a terminar con los acontecimientos narrados en el episodio I y concluye de un modo radical. Por desgracia, no se trató de un sueño.
Jeffrey no duró ni cuatro años en prisión. Mientras estuvo encerrado concedió entrevistas a los medios y recompuso la relación con Lionel, quien escribió un libro contando su experiencia con lo que le hizo su hijo.