Se ha inventado cualquier cantidad de recipientes para vinos, cervezas, licores, jugos, smoothies y todo líquido que se te ocurra. Pero, ¿en realidad importa tanto? Pues sí, sí hace la diferencia!; porque cuando quieres un buen vino, no te lo vas a tomar en un tarro, ni cuando quieres una cuba la vas a poner en una copa de champaña.
Puede ser un poco confuso, y no tienes que tener todos los habidos y por haber. Pero aquí te dejamos una lista de los más comunes para que los conozcas y decidas cuáles necesitas para armar esa reunioncita de vuelta a la vida post-COVID.
Tarro cervecero: se hace de un vidrio grueso y con un asa para poder agarrarlo sin que se caliente la chela. Se puede meter al congelador para enfriarlo antes de servirse.
Vaso old- fashioned: vaso corto y ancho que se usa para bebidas que se toman en las rocas, como el whisky.
Vaso shot: se usa para bebidas fuertes con mucho alcohol y que te puedes tomar de golpe; también conocido como caballito.
Vaso cordial: este vendría siendo el normalito de todas las casas. El ideal para echarte una agüita de limón, y el que sirve de comodín pa’ todo.
Vaso highball: para las que llevan mucho hielo, o sea, ¡ideal para las cubas! También sirve para tragos “altos” como un Bloody Mary.
La abertura del vaso o copa determina cuánto aire entra, y esto puede cambiar el sabor de las bebidas
Copa para champaña: ayuda a mantener las burbujas… y que sientas que es una ocasión especial.
Copa de vino blanco: tiene un cuello largo para que se pueda agarrar sin calentar el vino.
Copa de vino tinto: tiene la boca más amplia que la de blanco para potenciar el aroma y dejar que el vino respire.
Copa de brandy: está pensada para agarrarse con la palma de la mano y calentarla un poco antes de tomar la bebida, y de paso sentirte muy sofisticado.
Copa de coctel: normalmente se usa para cocteles sin hielo, como el martini de Bond, James Bond; tiene esa forma de triángulo invertido.
Copa margarita: te sirve también para otros cocteles frappé y que se vean más cool.
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