Afortunadamente hay muchos trucos para aprovechar esa comida “a medias”. Hoy te compartimos algunos, para que le des una segunda vida y al mismo tiempo refresques algunas de tus habilidades en la cocina.
La taquiza
Nunca falla. Siempre puedes pasar a comprar tortillas (o recalentar las que ya tengas guardadas), calentar los guisados guardados que tengas, preparar una buena salsa y poner todo al centro de la mesa, para que cada quien se sirva lo que se le antoje, de la manera que mejor le parezca. Siempre tendrás versatilidad y evitarás que varias cosas se te echen a perder.
Huevos revueltos
Esto aplica para un sábado o domingo por la mañana. La versatilidad de, por ejemplo, los huevos revueltos o las tortillas de huevo, es que les puedes poner de todo. Encima el resultado será muy nutritivo (y por ser recalentado, mucho más delicioso).
Purés y cremas
Si te sobraron papas cocidas o cualquier otra verdura salteada, una de las mejores cosas que podrías hacer es procesarlas para volverlas puré o una crema de primer tiempo para tu próxima sentada a la mesa. Esto tiene una gran ventaja: como con anterioridad ya cocinaste esa comida, será mucho más sabrosa.
Empanadas
Es una de nuestras salvaciones favoritas. Siempre que tengas una comida preparada y almacenada, que sea consistente, puedes meterla en una masa circular que hagas con tus propias manos y luego ponerla a hornear o a fritar. El resultado será estupendo y, lo mejor, saldrá calientito para ir directo a tu plato.
Ensaladas
Con que tengas una lechuga, arúgula o espinacas a la mano, basta con que piques otras verduras y hasta guisos preparados que tengas. Solo debes prepararte una vinagreta o aderezo con sabores muy delicados, porque seguramente lo que le adiciones a las hojas verdes será de sabores medio complejos. En caso de que esto sea una combinación de muchos insumos, te recomendamos que mejor solo aliñes con aceite de oliva.