La población más vulnerable son los bebés, en especial lactantes y menores de cinco años, así como adultos mayores, ya que sus mecanismos termorreguladores en el sistema nervioso central, en el caso de los niños, no han madurado por completo, y en los adultos mayores se pierden.
Esta afectación en los adultos con enfermedades crónicas también se relaciona con algunos medicamentos para el manejo de sus patologías.
El Seguro Social informó que el golpe de calor es un padecimiento médico grave de presentación súbita, provocado por la elevación de la temperatura corporal, por la exposición a altas temperaturas ambientales, actividad física u otras condiciones del paciente, lo cual afecta las funciones vitales del organismo, donde es incapaz de regular la temperatura corporal.
Se caracteriza por presentar mareo, sudoración, enrojecimiento y sequedad de la piel y mucosa, temperatura corporal de 39 a 41°C, frecuencia cardiaca y pulsos débiles, dolor de cabeza, alteraciones del estado de conciencia o del comportamiento.
Por ello, el IMSS subrayó que los cuidados que se deben de tener en bebés, niños y adultos para prevenir el golpe de calor es no exponerlos a lugares con poca ventilación y con temperaturas elevadas, en especial en horarios donde hay mayor temperatura.
Es importante ser constantes con la lactancia materna en los bebés, independientemente que no lo demande, y para los niños y adultos mayores la hidratación con agua simple y purificada debe ser de forma continua como una buena medida preventiva, así como el uso de ropa ligera.
En caso de que una persona tenga un golpe de calor, debe ser alejada del lugar donde ocurrió el evento, llevarlo a una zona ventilada y fresca, cuidar que esté permeable su vía aérea, usar medidas para bajar la temperatura como fomentos o rociar con agua fría.