Es una pregunta que se hace mucha gente: ¿Qué se siente al morir? Muchas personas que han pasado por experiencias cercanas a la muerte aseguran haber visto la vida pasar delante de sus ojos, otros hablan de una luz al final de un túnel o bien de experiencias extracorporales. Un estudio realizado en Estados Unidos revela que en el momento de la muerte, nuestro cerebro realmente permite que afloren recuerdos. Al menos esto es lo que sugieren las ondas cerebrales de un paciente justo en el momento de su fallecimiento.
Estas ondas cerebrales trazan patrones de actividad neuronal rítmica. Las diferentes ondas se asocian a diversas funciones, y los patrones de frecuencia descritos en el estudio son similares a los que se producen al meditar o recordar. Esto sugiere, especula Zemmar, que poco antes de la muerte el cerebro puede estar reproduciendo a través de estas oscilaciones recuerdos finales de acontecimientos importantes de la vida, "similares a las experiencias cercanas a la muerte".
Una posible explicación es que en el momento de la muerte, aumenta el contenido de dióxido de carbono en las células, provocando un cambio en el sistema eléctrico del cerebro y en el metabolismo cerebral.
En un cerebro moribundo, cuando la circulación sanguínea se detiene, las células nerviosas dejan de comunicarse entre sí y las células envían un último mensaje eléctrico.
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