Un equipo de investigadores de la Universidad de Ginebra (Suiza) ha analizado los cambios en la expresión génica simultáneamente en varios órganos de ratones tras las variaciones de calor a frío y viceversa. En su trabajo, publicado en la revista científica 'eLife', han descubierto que todos los órganos reaccionan fuertemente a los cambios de temperatura, mostrando cada uno su propia modulación específica.
Los seres humanos, como la mayoría de los organismos, están constantemente expuestos a temperaturas más frías o más cálidas. Estas variaciones ambientales provocan efectos metabólicos sorprendentes y requieren adaptaciones constantes. Aunque algunas de estas adaptaciones confieren ciertos efectos beneficiosos para la salud, se desconocía el impacto del frío y el calor en los distintos órganos en un contexto de cuerpo entero.
La temperatura es uno de los principales factores ambientales a los que están sometidos los seres vivos. La exposición al frío o al calor tiene efectos sorprendentes sobre el metabolismo y la salud, y la implicación de la temperatura en la salud humana también queda patente por la distribución geográfica de la incidencia de ciertas enfermedades. Pero, más allá de la respuesta fisiológica de algunos tejidos, ¿a qué contribuye el hecho de vivir en un entorno más frío o más cálido en los cambios biológicos de todo el cuerpo?
"En nuestros estudios anteriores ya habíamos observado que la temperatura tenía efectos importantes en el funcionamiento de ciertos órganos. Ahora sabemos que la exposición al frío favorece la pérdida de peso debido al aumento de la termogénesis, y alivia los síntomas de la esclerosis múltiple, mientras que la exposición al calor tiene efectos protectores en ciertas enfermedades relacionadas con la edad, como la osteoporosis.