La industria de la comida rápida gastó más de 5 mil millones de dólares en publicidad en 2019, una cifra cuatrocientos millones de dólares mayor a la de 2012. Según una investigación del Centro Rudd de Política Alimentaria y Obesidad, los niños y adolescentes en Estados Unidos ven actualmente un promedio de más de dos comerciales de comida rápida en televisión. Además, este centro de investigación de la Universidad de Connecticut asegura que esta publicidad se dirigió desproporcionadamente a jóvenes afroamericanos e hispanos.
Mediante datos de 2019 de la empresa de información y medios Nielsen, el estudio encontró que los niños estadounidenses de 2 a 5 años vieron un promedio de 930 anuncios televisivos de comida rápida. Los de 6 a 11 años vieron 787 y los adolescentes y preadolescentes de 12 a 17 años vieron 775 anuncios en promedio durante el transcurso del año. La mayor parte de estos anuncios promocionaban elementos del menú regula r, con muchas calorías, mientras sólo un 1% de los anuncios promocionaron los elementos más saludables del menú. Además, sólo el 10% de estos anuncios de comida rápida vistos por niños aparecieron durante la programación de televisión infantil y menos del 10% de los anuncios promocionaban comidas infantiles.
Respecto al sesgo racial de estos anuncios, la investigación reveló que el gasto en publicidad de comida rápida en la televisión en español tuvo un aumento del 33% con respecto a 2012. Por otro lado, los jóvenes afroamericanos vieron un 75% más de anuncios de comida rápida en comparación con los jóvenes de la población blanca estadounidense. Esta cifra aumentó desde el 60% en 2012, pese a la disminución de la audiencia de televisión en el sector joven. Tanto en la televisión dirigida a jóvenes afroamericanos la publicidad anunciaba sus platillos de bajo costo y mayor porción, así como ofertas, de forma desproporcionada, en comparación con otros tipos de programación. Además, en el caso de la televisión hispana, no se anunciaron elementos saludables del menú de estas empresas de comida rápida.
Este tipo de prácticas es preocupante, dado el mayor riesgo de los jóvenes hispanos y afroamericanos de padecer obesidad y otros padecimientos relacionados. En años recientes, algunas empresas de comida rápida han optado por autorregularse y mejorar el nivel nutritivo de algunos artículos de su comida rápida para niños. Sin embargo, un estudio publicado en la revista Pediatric Obesity señala que la compra de comida rápida para niños más saludable no aumentó tras la introducción de estas medidas.
Además, un estudio publicado en la revista Pediatrics afirma que el uso desproporcionado de premios, como juguetes o juegos, dentro de la publicidad televisiva de comida rápida dirigida a niños es engañoso. Según el estudio, este tipo de publicidad exagera estos premios, en relación con la comida rápida en sí. Además, este tipo de publicidad viola las propias pautas de la industria, establecidas para proteger a los niños, quienes los niños pequeños carecen de la capacidad cognitiva para comprender la publicidad.
El consumo recurrente de comida rápida es perjudicial para la salud, por su alto contenido de grasas, azúcar o sodio. Por esto, debe trabajarse en mejores políticas alimentarias, sobre todo considerando la publicidad que desproporcionadamente se dirige hacia hispanos y afroamericanos, poblaciones vulnerables en Estados Unidos.