La preocupación por la contaminación y el medio ambiente podría hacer que exhibiciones de drones como la que se presentó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Los fuegos artificiales son a día de hoy uno de los principales espectáculos de luces y sonido para las grandes fiestas. De todo tipo. Desde las fiestas patronales de los pueblos a grandes a celebraciones, pasando por fechas señaladas, como el comienzo del Año Nuevo.
Pero no obstante este tipo de pirotecnia a causado estragos en el medio ambiente. Los contaminantes de la pirotecnia, formados por compuestos orgánicos volátiles (COV) y gases tienen el potencial de quedarse mucho tiempo en el ambiente que respiramos, haciendo que el aire del exterior sea peligroso, particularmente para aquellas personas con algún compromiso en su sistema respiratorio, como asma u otras enfermedades pulmonares. Y lo que resulta alarmante es que, parte de esta contaminación del aire puede llegar a los rincones del hogar.
Por eso la compañía Intel fue pionera en coordinar 100 drones en el aire en un espectáculo único de fuegos artificiales. La misma empresa utilizó en 2018 un enjambre de más de 2.000 drones en el cielo con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeonghang (China). Precisamente, el país asiático volvió a impresionar al mundo con un nuevo espectáculo de drones durante la celebración de la llegada del año 2020. Los UAS formaron distintas figuras sobre el río Huangpu representando hechos conmemorativos de la historia de la ciudad.
En una sesión de prácticas en un aeródromo de Somerset, en Inglaterra, un enjambre de drones se transformó en formas tales como un robot de juguete que camina, en una bailarina y en una mariposa que agita sus alas.
Los fuegos artificiales son una opción tradicional y atractiva.
Pero los drones son reutilizables y no producen contaminación acústica ni química. Por lo tanto, tampoco causan daños en la fauna de la zona, ni riesgo de incendios.
Los shows son personalizables porque permiten crear espectáculos con potentes luces LED que pueden asombrar al público con más de cuatro millones de combinaciones de colores.
Los drones también producen una mayor variedad de efectos visuales que los fuegos artificiales y oportunidades casi ilimitadas para la narración artística en el cielo.
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