Existen muchos mitos acerca del consumo del atún, que si es un alimento muy saludable, pero lleno de mercurio, o que al consumirlo en lata estamos perdiéndonos de los beneficios del pescado entero. La realidad es que, el atún es un pescado azul considerado graso, por su aporte de grasas saludables, que tiene diversas propiedades benéficas para la salud de las personas, y que se mantienen aún cuando se consume presentado en lata.
Esto quiere decir que al consumir atún enlatado tenemos un aporte de proteína de alto valor biológico, ácidos grasos Omega 3, vitaminas del complejo B (B2, B3, B6, B9 y B12), A y D, además de minerales como fósforo, potasio, magnesio, yodo y hierro. Estas propiedades se traducen en varios beneficios para la salud, por ejemplo, el fortalecimiento del sistema inmunológico, la prevención de diversas enfermedades, la reducción de colesterol malo (LDL) y triglicéridos, etcétera.
Esto se debe por un lado al Omega 3, un tipo de grasa saludable que ayuda a desechar el LDL, reduce los triglicéridos y aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL), lo que mejora el funcionamiento de las arterias, previene coágulos y trombos, previene la aparición de células cancerígenas y fortalece la salud cognitiva. Además, el atún enlatado también fortalece el sistema nervioso, previene y combate el sobrepeso y la obesidad, así como enfermedades derivadas.
Atún enlatado, beneficios y cantidades recomendadasSe dice que el atún posee un 3.3 por ciento de ácidos grasos Omega 3, que también reducen el riesgo de sufrir accidentes cardio y cerebrovasculares, aterosclerosis, hipertensión, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, diabetes, sobrepeso y obesidad.
En tanto, 100 gramos de atún pueden contener 23 gramos de proteínas de alto valor biológico, es decir, alrededor de la mitad aconsejada para una persona al día. Este nutriente no sólo fortalece el sistema inmune, sino que ayuda a reponer y ganar masa y tejido muscular, además de reparar y producir otros tejidos e incluso prevenir el envejecimiento prematuro.
Su aporte de vitaminas del complejo B, contribuyen a fortalecer el sistema nervioso central y a formar glóbulos rojos, mientras que las vitaminas A y D, previenen de enfermedades visuales, respiratorias, de la piel y mucosas, fortalecen los huesos y regula los niveles de calcio.
Sus minerales también son excelente para la salud ósea, regula la glándula tiroidea, protege de los rayos ultravioleta, fortalecen la memoria y retrasan el deterioro cognitivo o la demencia, mejoran el estado de ánimo, entre otras ventajas.
¿A qué hora es mejor consumirlo? La hora no es tan importante como la cantidad. Se puede disfrutar en la mañana, en la tarde o en la noche, ya que al final resulta una fuente de proteína de alto valor biológico, mucho más recomendable que otras carnes o productos animales por sus grasas saludables y demás nutrientes.
Sin embargo, al ser un pescado graso sí tiende a acumular dosis mínimas de mercurio, que al ser consumidas en exceso, podrían afectar nuestra salud.
De acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ( EFSA, por sus siglas en inglés), el consumo máximo de mercurio que puede tener una persona a la semana es de 1.3 microgramos por cada kilogramo de peso, por lo que los expertos consideran que no pasarse de 2 latas a la semana es lo idóneo.
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