La Organización Mundial de las Naciones Unidas estima que el 85 por ciento de los residuos contaminantes en el mar son plásticos. El problema con ello es la durabilidad del tereftalato de polietileno (PET), ya que deben pasar miles de años para lograr que desaparezca por completo.
Con el fin de solucionar tal situación, los científicos liderados por Christian Sonnendecker, del Departamento de Microbiología y Tecnología de Bioprocesos de la Universidad de Leipzig, Alemania, analizaron abono orgánico de un cementerio, sin saber que encontrarían indicios favorecedores.
La enzima que degrada el plástico
La investigación del equipo del Dr. Christian Sonnendecker, llevó a identificar a la enzima denominada PHL7, la cual pudo descomponer en tan sólo un día un pedazo de plástico.
De acuerdo con el grupo de científicos, la enzima PHL7 cuenta con un aminoácido que actúa sobre la sustancia del plástico, a la cual se le conoce como la leucina 210, la cual es causante de este efecto milagroso que podría salvar el planeta.
Incluso, según el estudio de los investigadores de la Universidad de Leipzig, publicado por la asociación Chemistry Europe, la enzima PHL7 es más eficiente que la cutinasa o enzimas de abono de plantas o LCC, ya que esta última tiene efecto únicamente a altas temperaturas.