Liberar el corazón del odio Liberar la mente de las preocupaciones Liberar el espíritu de la soberbia Aprender a dar, una de las reglas del bienestar Aceptar más y esperar menos Te pudede interesar: Cancelan eutanasia a mujer sin enfermedad terminal horas antes de que se la practicaran
El odio es un sentimiento complejo y muy profundo. Está compuesto de ira, rechazo, resentimiento y aversión, entre otros. Por eso mismo, también es un sentimiento muy invasivo, que termina impregnando nuestra forma de ver el mundo. No se puede estar bien, mientras se albergue odio en el corazón.
Por eso, una de las cinco reglas budistas del bienestar es liberar el corazón del odio. Obviamente, es más fácil decirlo que hacerlo. Para lograrlo se necesita de una fuerte dosis de empatía.
Se trata de mirar a quien odiamos desde un punto de vista compasivo, tratando de comprender sus carencias y sus limitaciones. Esto nos permite perdonar y dejar de odiar.
Las preocupaciones son una anticipación ansiosa del futuro. En otras palabras, la expectativa de que ocurrirá algo desagradable, que nos causará dolor, aflicción o alguna forma de malestar. No se trata de una perspectiva racional. Si lo fuera, simplemente buscaríamos los medios para conjurar el riesgo que se avecina.
La mejor manera de liberar la mente de las preocupaciones es ubicándonos en el presente. En lugar de estar pensando en eso que podría sobrevenir, más bien deberíamos dedicarnos a hacer de este momento actual, lo mejor que pueda ser. Esto no solo alivia la angustia, sino que también nutre el sentimiento de auto-poder.
Uno de los aspectos más paradójicos de la soberbia es que vuelve muy vulnerable a quien es víctima de ella. Esto sucede porque quien se siente superior a los demás es más proclive a castigarse por cualquier error que cometa. También resulta fácilmente vencido por los halagos o artificialmente humillado por las críticas.
Tomarse a uno mismo demasiado en serio solo conduce al malestar. Esto se evita si somos lo suficientemente humildes como para comprender que ni toda la vida nos va a alcanzar para aprender todo lo que nos gustaría ni para alcanzar todas aquellas metas a las que aspiramos. Sin la soberbia, la vida es más ligera.
Los budistas insisten en que una de las reglas del bienestar consiste en aprender a actuar con generosidad. Esta virtud es propia de quienes confían en sí mismos y desean que el sufrimiento no esté ni en su propia vida ni en la de los que le rodean. El generoso enriquece cualquier entorno en el que esté.
Dar es una forma de poder personal. Quien da de sí y de corazón, se siente más fuerte al hacerlo. Expande su ser y es generador de bienestar. Eso es lo que finalmente va a cosechar: bienestar para sí mismo y para quienes le rodean.
Una de las más importantes reglas del bienestar, a la luz del budismo tibetano, es la de aprender a aceptar cada una de las experiencias que se nos presentan. Cada persona y cada situación que llega a nuestra vida traen consigo un regalo. Lo que pasa es que no siempre logramos identificarlo.
Si en lugar de renegar o rechazar lo que nos sucede, nos ponemos más bien en actitud de aprendizaje, se incrementará nuestro bienestar. Lo mejor de todo es que en verdad tendremos la capacidad de darle vuelta a los hechos negativos, convirtiéndolos en fuente de crecimiento.
Para todos aquellos que viven en el odio, el rencor, pensamientos negativos o en la autodestrucción, aquí les damos la solución para estar y sentirse bien
5 reglas del bienestar
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