Tus hijos también pueden sufrir ansiedad, como tú, y este libro los ayuda a gestionarla
¿Podías afirmar con certeza que tu hijo no sufre ansiedad? El 80% de los niños afectados por este estado mental
Abre los ojos", pide Mirabel Madrigal a su abuela en Encanto. El leitmotiv que atraviesa una de las películas más queridas (y cantadas) del momento nos habla precisamente de no tener miedo a "ver" a los hijos como realmente son, con sus luces y con sus sombras. "Convivimos con la falsa creencia de pensar que los niños no sufren o que lo superan todo con el tiempo, que podemos mirar a otro lado y no dar importancia a sus miedos o a sus angustias infantiles. Y me encuentro también con muchos padres que, siendo conscientes de ello y queriendo estar emocionalmente cerca de sus hijos, no saben cómo hacerlo", nos explica Bárbara Tovar, "Mi mundo en calma, quiere ser una ayuda en ambos sentidos. Una herramienta de apoyo a las familias para reconocer, comprender y aprender a gestionar la ansiedad de los niños".
CÓMO SABER SI TU HIJO SUFRE ANSIEDAD
El primer trabajo en colaboración de esta mediática psiquiatra con la ilustradora Cristina Picazo llega, además, en un momento clave: los casos de ansiedad en niños se han triplicado desde el inicio de la pandemia. "La educación emocional debe ser cuanto antes un tema prioritario en las familias y en los colegios. Pero para poder educar, primero tenemos que saber cómo hacerlo", añade Bárbara. Y el resultado es un libro sorprendente que atrapa desde la primera página (también a los padres). Al terminarlo, tendrás que volver a mirar la portada para cerciorarte de que te has enganchado a un libro infantil, ¿o no? "Cuando hablamos en términos de psicología básica, niños y adultos nos sentimos identificados con los mismos sentimientos y emociones. Más aún cuando hablamos de ansiedad: los niños ansiosos suelen ser hijos de padres ansiosos. De ahí que, leído en familia, Mi mundo en calma quiera contribuir a crear un vínculo, un espacio de seguridad donde padres e hijos puedan hablar de su mundo emocional sin miedo, contando con las herramientas necesarias para comprenderlo y manejarlo". ¿Es importante hacerlo? "Mucho. La ansiedad es un trastorno con buen pronóstico en niños, pero si no nos ocupamos de él, a medio-largo plazo puede convertirse en un problema mayor. Los adolescentes con fracaso escolar, falta de autoestima, adicción a sustancias o problemas para relacionarse suelen ser adolescentes que han sufrido ansiedad en la infancia", explica Bárbara Tovar.
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Fácil de leer y lleno de dibujos, Mi mundo en calma es una aventura fascinante que se recorre a ritmo de actividades cargadas de intención y sabiduría psicológica. "Desde el punto de vista creativo, el viaje al interior del niño está representado como una gran travesía espacial por un universo inventado. Tres planetas componen esa galaxia: el planeta mente, el planeta cuerpo y el planeta acción", nos explica. "Desde el punto de vista psicológico el libro cumple con dos requisitos: primero, un lenguaje sencillo que logra transmitir con rigurosidad el complejo mundo de las emociones y, segundo, dejar claro que una emoción está soportada y tiene que ser trabajarla desde tres frentes: la mente, el cuerpo y la acción, si no, la regulación no funciona".
Página a página, los pequeños lectores conocerán a la bruja "Y si..." que adivina peligros y fabrica miedos, aunque nunca acierte; la guarida del yogui donde los niños aprenden a relajarse con ayuda de un simpático gurú del yoga; o la guarida del monstruo, un lugar donde poner cara y color a ese estado de ansiedad que les visita de vez en cuando o todos los días. "El libro no tiene un principio y un final, sino que el niño puede recurrir a él tantas veces como lo necesite de forma autónoma o en conversación con sus padres. Empapado de amabilidad hacia nosotros mismos y de un sentido del humor tan necesario como estratégico, Mi mundo en calma logra que todos afrontemos los problemas de ansiedad con tranquilidad y espíritu positivo. "Estamos acostumbrados a rechazar y atacar todo lo que nos asusta, lo que no sabemos controlar o no nos gusta. El problema es que cuando eso, habita dentro de nosotros, acabamos atacándonos a nosotros mismos. Si aprendemos a abrazar todas las emociones, las fáciles y las difíciles, a tratar de comprenderlas, gestionarlas y liderarlas, y lo transmitimos así a nuestros hijos, entonces les estamos ayudando a crecer y madurar como personas y a construir una autoestima verdadera".