El patrón matemático que se encuentra en la tierra y el universo
La serie numérica no es solo resultado de un simple dilema matemático, también se encuentra en la naturaleza
En muchas formas de la naturaleza podemos encontrar la sucesión de Fibonacci: conchas de caracol, hojas o flores, colmenas de abejas.
El 23 de noviembre se celebra el Día Mundial de Fibonacci en honor al matemático italiano Leonardo de Pisa, también conocido con el nombre de Fibonacci.
Además de introducir el sistema decimal en Europa, hoy se le recuerda por ser el descubridor de una secuencia numérica que representa la misma belleza: la sucesión de Fibonacci, también conocida como proporción áurea o número áureo.
La sucesión de Fibonacci es una secuencia de números que resultan al sumar los dos anteriores a ese. Empezando desde 0, tenemos la siguiente: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55 ... y así sucesivamente.
Noticia Relacionada
- Esta relación matemática tiene una amplia presencia en la naturaleza, como en la disposición de hojas en las plantas, los patrones de crecimiento en los caracoles, la formación de pétalos en flores y otros patrones observados en el reino natural. También ha sido utilizada históricamente en la arquitectura, el arte y el diseño debido a su asociación con la belleza y la armonía visual.
Se eligió la fecha del 23 de noviembre porque corresponde a los primeros dígitos de la sucesión en escritura anglosajona 11/23.
¿Está en todas partes?
La serie numérica no es solo resultado de un simple dilema matemático. Al margen de hallarlo en la naturaleza, también podemos encontrarlo en un montón de objetos fabricados por el hombre. Aquí radica su maravilla.
- La manera en que se reproducen las poblaciones de abejas,
- El número de pétalos en las flores,
- La forma de las caracolas marinas,
- Manera en la que se distribuyen las semillas de los girasoles en su centro,
- Espirales de las galaxias y huracanes,
- El patrón de crecimiento de las plantas,
- En la composición musical de obras clásicas como la Quinta Sinfonía (de Beethoven), o Diálogo del Viento y el Mar (de Debussy),
- La estructura de El Partenón y las Pirámides de Giza,
- Incluso obras de arte famosas, como La Gioconda (de Leonardo Da Vinci).
La sucesión Fibonacci en la naturaleza
En la naturaleza hay infinidad de posibilidades de encontrarse con los números de Fibonacci: el dibujo de las piñas, las ramas de los árboles, la forma de flores (como girasoles o alcachofas), los copos de nieve o incluso en el caparazón de algunos animales que lo poseen.
Y no solo se queda ahí, sino que además interviene en el ADN y la codificación de formas orgánicas complejas.