La leche de avena es más sustentable que la de vaca
La producción de bebidas vegetales como la leche de avena emiten la tercera parte de las emisiones generadas por los productos lácteos
El dato es contundente la producción de leche de avena representa entre la mitad y un tercio de las emisiones de CO2 que crea la producción de leche de vaca, según los estudios del periodo de vida llevado a cabo por las academias de Averiguación de Suecia, dependientes gubernamental.
Por consiguiente, escoger leche de avena es una forma de minimizar la contribución personal y familiar al calentamiento global.
Los estudios hechos por estudiosos de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas en la granja de Arnesson han probado que una hectárea de cultivo de avena genera el doble de calorías para consumo humano que si se dedica a alimentar a las vacas.
Por otro lado, el propio regimen sueco hace campañas para informar a los habitantes de que no es sano ingerir demasiados productos lácteos.
Por otro lado, a partir de la perspectiva nutricional, la bebida de avena no aporta tanta proteína o calcio como la de vaca (si no está enriquecida), pero da fibra prebiótica, magnesio y vitaminas del conjunto B.
La avena tiene proteínas de un costo biológico más grande que otros granos y es rica en grasas insaturadas. Además tiene carbohidratos y fibras soluble e insoluble.
Esta estructura nutricional sobre todo por su contenido en un tipo de fibra nombrado betaglucano la indican en las dietas para el control de o minimizar el colesterol, así como la subida de la tasa de sacarosa en la sangre luego de las comidas.
Asimismo es un componente aconsejable en los regímenes de adelgazamiento pues beneficia la sensación de saciedad.
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