Controversia cultural en Assassin's Creed Shadows

"Assassin's Creed Shadows" desata polémica por personaje japonés de color

• El próximo lanzamiento de Assassin's Creed Shadows, la decimocuarta entrega de la saga, ha generado controversia por la inclusión de Yasuke, un samurái negro en el Japón del siglo XVI. Aunque Ubisoft, la empresa desarrolladora, trabajó con historiadores para garantizar precisión histórica, la elección de este personaje ha sido criticada por algunos jugadores japoneses, quienes lo consideran una falta de respeto cultural.

Yasuke, el samurái negro, genera debate sobre exactitud histórica

• Yasuke, un personaje histórico real que sirvió al señor de la guerra Oda Nobunaga, es representado en el juego como un samurái. Sin embargo, esta interpretación ha sido cuestionada por expertos como Yuichi Gozai, quien afirma que no hay evidencia sólida de que Yasuke tuviera las habilidades de un samurái. "Yasuke fue conocido principalmente por su color de piel y su fuerza física", explica Gozai, sugiriendo que su papel pudo ser más simbólico que funcional.

A pesar de las críticas, Pierre-François Souyri, historiador consultor del juego, defiende la inclusión de Yasuke, señalando que el objetivo no es presentar una tesis académica, sino crear una narrativa atractiva dentro de un contexto histórico.

Ubisoft defiende su enfoque, pero críticos denuncian apropiación cultural

La polémica ha llevado a más de 100,000 personas a firmar una petición que acusa al juego de falta de exactitud histórica y sensibilidad cultural. Marc-Alexis Côté, productor ejecutivo de la franquicia, lamenta que la figura de Yasuke haya sido instrumentalizada para transmitir mensajes ajenos a la intención del juego.

Esta no es la primera vez que Assassin's Creed enfrenta críticas por su tratamiento de la historia, pero es la primera vez que la controversia surge antes del lanzamiento. Algunos acusan al juego de reforzar estereotipos y prejuicios, mientras que otros lo ven como una oportunidad para explorar narrativas inclusivas.

El debate refleja la sensibilidad en torno a la representación cultural en los medios, especialmente cuando se trata de figuras históricas y minorías. Aunque el juego busca combinar entretenimiento con rigor histórico, la polémica demuestra que equilibrar ambos aspectos sigue siendo un desafío.