¿Cuál es el origen del Día de la Candelaria y por qué se hacen tamales?
En México contamos con una gran variedad festejos a lo largo del año, uno de los más simbólicos y esperados es el Día de la Candelaria que se celebra cada 2 de febrero.
Es bien sabido que la cultura mexicana está construida a partir del sincretismo entre la religión católica y la cultura prehispánica que predominaba en el continente americano antes de la Conquista, por lo que el Día de la Candelaria cuenta con elementos de ambas culturas.
De acuerdo con la doctora Carmen Anzures y Bolaños, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la época de Jesucristo la sociedad se regía bajo la Ley de Moisés, la cual dictaba que los judíos debían presentar a sus primogénitos en el templo y sacrificar un cordero o un par de palomas blancas que no tuvieran defectos.
Esto se llevaba a cabo 40 días después del nacimiento del niño. La Virgen María no fue la excepción a esta costumbre y llevó a cabo dicho ritual 40 días después de haber dado a luz al niño Jesús.
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Según el evangelio de Lucas, María se encontró en el templo con un anciano ciego llamado Simeón, quien pese a su discapacidad, reconoció a Jesús como el Mesías.
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"Ahora señora, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”, exclamó.
Es por esto que año con año, cada 2 de febrero se lleva a cabo la representación de la purificación de María y la presentación del Niño Jesús en el Templo.
¿Por qué vestimos al niño Dios?
De acuerdo con la investigadora, en la Nueva España, durante el proceso de evangelización, los frailes franciscanos introdujeron entre otras cosas el nacimiento y la representación del Niño Jesús, el cual se coloca en un pesebre el 25 de diciembre, día de su nacimiento, y pasados 40 días, el 2 de febrero, se lleva a bendecir a la iglesia por quienes lo arrullaron el 24 de diciembre.
La doctora explicó que Fray Bernardino de Sahagún, autor de la Historia General de las cosas de la Nueva España, relató que los mexicas realizaban sacrificios a los tlaloques (las nubes) del dios Tláloc, para pedir lluvia abundante en las próximas cosechas.
Los mexicas ofrendaban niños vestidos de gala y durante su ascenso, sobre todo al conocido Monte Tláloc, les hacían llorar como augurio de que habría lluvia.
La investigadora aseguró que probablemente este tipo de sacrificios fueron aprovechados por los evangelizadores, y sobre una base que guardaba relación con los niños, empalmaron el culto católico.
No obstante, el origen de la vestimenta del Niño Dios, también podría remontarse a la Edad Media, cuando se convirtió en un elemento que acompañaba a las religiosas en su toma de hábitos.
¿Y los tamales?
De acuerdo con el misionero franciscano Fray Bernardino de Sahagún, el 2 de febrero los mexicas celebraban el principio del Atlcahualo o inicio de la temporada de siembras.
En esta festividad, los mexicas llevaban a bendecir el maíz que luego se sembraría como tributo a los dioses Tláloc y Chachitlicuetl a cambio de obtener buenas cosechas. Los festejos se llevaban a cabo con alimentos hechos con maíz, entre ellos los famosos tamales que eran ofrecidos a los dioses.
Por todo esto, en la época del virreinato y con la evangelización de los pueblos originarios, se creó un sincretismo entre ambas tradiciones y con ello en México se volvió costumbre comer tamales, en lugar de bendecir al maíz, justo 40 días después del nacimiento del Niño Dios.
El Día de la Candelaria actualmente se puede celebrar de dos formas: en algunas regiones se suele realizar una procesión dedicada a la Virgen con baile y música. En otros casos, los creyentes visten a sus Niños Dios con hermosos atuendos y los llevan a misa, para posteriormente dar de comer a sus invitados tamales en sus casas.
Cabe destacar que la tradición también dicta que si te sale un "niño" en la Rosca de Reyes, que se come el 6 de enero, deberás invitar los tamales a las personas que viven contigo.