Claves para entrenar un cerebro feliz según la neurociencia
¿Sabías que tu corazón y tu cerebro se sincronizan cada vez que parpadeas o que tu postura corporal influye en tus pensamientos?
En un salón de la Galería Real de Pinturas Mauritshuis en La Haya pende un óleo sobrecogedor. A lo largo y ancho de sus más de dos metros, el Dr. Nicolaes Tulp y un grupo de cirujanos diseccionan el cadáver del criminal Aris Kindt. En la Lección de anatomía más conocida del pintor neerlandés Rembrandt flota el espíritu de toda una época. "Entonces, la ciencia era ciencia, pero tras ella siempre latía el deseo de descubrir al ser humano, era una ciencia humanista", explica sin disimular su melancolía, Nazareth Castellanos. "Es a partir del siglo XVII cuando se quiebra la alianza cuerpo-mente". Y es esa ruptura centenaria, la que reencaminó a esta neurocientífica hacia su actual propósito: investigar la neurociencia de la meditación y las relaciones entre el cerebro y el resto del cuerpo como directora de Investigación del laboratorio Nirakara. No bastaron los veinte años de experiencia en puestos de prestigio en universidades españolas y europeas - como el King s College de Londres o el instituto Max Planck de Alemania- para frenar esa crisis personal y profesional con la que arranca el libro que acaba de publicar. Breve, claro y fascinante, El espejo del cerebro (Ed. La Huerta Grande) es su intento de descodificar las claves científicas de la neurociencia actual para acercarla al ciudadano de a pie; un "viaje alucinante", como el Richard Fleischer, por las maravillas del cuerpo y de sus maravillosas relaciones con el cerebro. Hablamos con ella y estas son sus claves para entrenar un cerebro feliz
Corrige tu postura a lo largo del día.
El cerebro interpreta todo lo que sucede en tu organismo, y cuando vamos encorvados nos fijamos más en las cosas negativas que en las positivas. El cuerpo humano es una sinfonía perfecta. El corazón es el órgano más rápido, un latido por segundo; después la respiración, diez veces por minuto; y el intestino es el más lento, tres veces por minuto. La respiración involucra a la memoria; el corazón, al presente. ¿Sabes que nuestro cerebro necesita escuchar a nuestro corazón y que cada vez que abrimos los ojos, tras parpadear, cerebro y corazón se han sincronizado? La gente con poca capacidad de atención parpadea más.
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Cultiva la amabilidad y la generosidad.
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Las personas que lo hacen refuerzan las áreas cerebrales más involucradas en su felicidad. La amabilidad hacia nosotros mismos es una de las actitudes más transformadoras del cerebro. Los programas basados en la meditación son especialmente transformadores para aprender a no hablarnos con dureza a nosotros mismos, a no exigirnos tanto. Es uno de los aspectos más dañinos de nuestra sociedad.
Vive con atención plena tu presente.
No hacerlo es una de las mayores fuentes de insatisfacción vital. Nuestro tiempo necesita de una oda a la lentitud. La cantidad de información que nos llega por segundo es tan grande que provoca, a nivel cerebral, lo que llamamos la "atención dividida". No hacemos muchas cosas, vamos de unas a otras a gran velocidad. Nuestro cerebro es un órgano muy inercial y, sin duda, podemos llegar a acostumbrarlo a ese peligroso estado de ansiedad.