¿Consumes grasa? Esto podría asociarse con Alzheimer
En México un millón de personas la presentan; la OMS y ADI estiman que para 2050, a nivel mundial, la tendrán 131.5 millones de individuos
El Alzheimer es un padecimiento mental incurable que degenera las células nerviosas del cerebro y disminuye la masa cerebral, de tal manera que los pacientes muestran importante deterioro cognitivo, el cual se manifiesta en dificultades en el lenguaje, pérdida de memoria y del sentido de la orientació.
Aunque un porcentaje reducido de casos se debe a causas genéticas y hereditarias, en la mayoría participan enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión, así como hábitos de vida en los que podemos incidir.
Como el sedentarismo y alto consumo de grasas y azúcares refinadas (que también se convierten en lípidos), asegura la experta del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, Ana Brígida Clorinda Arias Álvarez.
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La científica trabaja desde hace 25 años en temas de envejecimiento cerebral y enfermedades asociadas. Por ello, investiga qué causas bioquímicas están relacionadas en el mecanismo básico que produce algunas lesiones en el cerebro de las personas con Alzheimer. Ha encontrado que el consumo de dietas altas en grasas podría participar.
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En el Laboratorio de Neuroquímica del IIBO, Arias y sus colaboradores estudian modelos de ratones transgénicos que sobreexpresan la proteína beta-amiloide y producen la proteína tau anormal.
“Nos interesa saber en la progresión del padecimiento qué otros elementos aparecen asociados al envejecimiento que pueden agravar el padecimiento”.
- Analizan la bioenergética de la neurona, porque algunos de los factores de riesgo que se han descrito son por estilo de vida: obesidad, hipertensión, diabetes, precisa Arias Álvarez.
“Nos hemos enfocado a estudiar algunos de estos marcadores, cómo afectan las dietas altas en grasa a la función neuronal y se relacionan con situaciones bioenergéticas neuronales. Queremos saber qué mecanismos desencadenan la aparición de estos marcadores que son las placas y ovillos”, indica.
Aunque no hay evidencias científicas, se piensa que el origen de la enfermedad se debe a una combinación de factores de riesgo, algunos de ellos no modificables como la edad o la genética; y otros modificables, como el estilo de vida.
Deterioro progresivo
El Día Mundial del Alzheimer, que se celebra el 21 de septiembre, fue proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y auspiciado por Alzheimer’s Disease International (ADI). Ambas instituciones estiman que para 2050 el número de individuos con esta enfermedad ascenderá a 131.5 millones en el mundo. Se trata de la causa más frecuente de demencia en las personas mayores.
Arias Álvarez destaca que en México existe al menos un millón de casos registrados en hospitales, aunque podrían ser más, pues numerosas personas reciben los cuidados en casa.
No existe un tratamiento para prevenir la enfermedad ni para frenar el avance. Se prescriben medicamentos que ayudan con algunos síntomas y mejoran la calidad de vida de los pacientes, pero solo suele ser útil en las primeras fases, perdiendo su utilidad en las más avanzadas, alerta la experta.
Una vez que aparecen los primeros síntomas, las personas se van degenerando y se vuelven más dependientes, de tal manera que requieren ayuda para actividades cotidianas como vestirse, asearse y comer. Poco a poco se harán imprescindibles las atenciones permanentes de un cuidador.
El Alzheimer –prosigue– afecta al enfermo y a sus familiares y entorno, ya que es difícil ver el deterioro de un ser querido, y las personas cercanas con frecuencia padecen ansiedad y depresión.
Cambio bioquímico
Lleva el nombre del doctor Alois Alzheimer, quien en 1906 notó cambios en el tejido cerebral de una mujer que había muerto de una enfermedad mental extraña. Sus síntomas incluían pérdida de memoria, problemas de lenguaje y comportamiento impredecible. Después de su deceso, el médico examinó su cerebro y encontró numerosas agrupaciones anormales (llamadas placas amiloideas) y conjuntos de fibras enredadas (nombradas ovillos neurofibrilares u ovillos de tau).